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Esther Pizarro :: Epidermis arqueológica :: 1999-2003

Hormigón armado
5.200 m2 de paramento exterior

Arquitectos: Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto
Palacio de Exposiciones y Congresos, Mérida

El Palacio de Exposiciones y Congresos de Mérida ha sido concebido por los arquietectos como una pieza unitaria, vaciada en su interior, para conformar un nuevo espacio público: una gran terraza sobreelevada que se asoma hacia la ciudad y articula los elementos funcionales del edificio. Situado en el margen occidental del Guadiana, entre los puentes del ferrocarril y de Calatrava, se asoma hacia el río y la ciudad. Se ha dedicado especial atención al tratamiento artístico y al material con que se ha construido el cerramiento del edificio, no sólo por caracterizar fundamentalmente su imagen, sino por constituir parte esencial del argumento del proyecto. Como el opus incertum de las fábricas romanas, el hormigón fuertemente texturado y pigmentado manifestará al exterior una cara áspera y rugosa que contrastará con el acabado metálico y de vidrio de las dos cajas correspondientes a los auditorios.

El paramento exterior del edificio se desarrolla a partir de una pieza única que representa una sección longitudinal de la ciudad de Mérida, la cual incluye parte del casco histórico, el río Guadiana y la Mérida moderna. Los edificios históricos, así como, la arquitectura moderna, se han tratado como volúmenes en positivo; mientras que el resto de la trama urbana se ha trabajado como una red de huecos y vacíos, evidenciando así el carácter de ruina y el pasado histórico de la ciudad. A partir de esta única pieza de 720 X 240 X 15 cm de medida, y mediante distintas combinaciones, se desarrollan cinco paneles diferentes que dan lugar a cinco moldes de caucho. El resultado es la creación de cinco paneles de hormigón con elementos repetitivos que a su vez se disponen en cuatro agrupaciones básicas. Ello genera un sistema combinatorio que hace posible el paso de la singularidad de una obra escultórica a la ejecución de un proceso constructivo industrializado. Al exterior, el edificio queda caracterizado por la continuidad de un material pétreo, contemporáneo en su técnica constructiva, y sin embargo, reminiscente de los antiguos muros del pasado romano de la ciudad. La piel de la ciudad, de una Mérida reinventada, se torna epidermis del edificio y lo convierte en un elemento vivo por los efectos de la luz, al transformarse continuamente sus fachadas por los movimientos del sol y los cambios climáticos.